El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará yacer:
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo:
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores:
Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida:
Y en la casa del Señor viviré para siempre.
domingo, 20 de julio de 2008
Salmo 23
Publicado por Violeta Paredes C. Matrona en domingo, julio 20, 2008
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